
Reflexión Bíblica
COMPARTIENDO UN DON ESPIRITUAL Rom.1:11

El Nombre de Dios en Hebreo, YHWH
“SANTIFICADO SEA TU NOMBRE”
Mateo 6:9-13 / Lect. Devocional: Isaías 6.
INTRODUCCIÓN:
Dentro del modelo de oración que El Señor Jesucristo nos dio, se encuentran las prioridades y lo más importante para Dios en relación con nosotros. La adoración a Dios es importante para Él y representa el principal lugar dentro de sus intereses. Véanse los 10 mandamientos y lo primero es Adorarlo y no desviar nuestro interés hacia ídolos, es decir hacia aquello que nos aparte de la atención a Dios. Hoy vemos la primera petición.
En los tiempos del ministerio público de nuestro Señor Jesús, el nombre era el equivalente a la persona; hoy solo representa a la persona, pero en ese entonces “era la misma persona”. (Como nota, hoy los Judíos no dicen Jehová (WHYH), dicen “Hashem = El Nombre”). Entonces la principal forma de adorarlo es solicitando que su nombre, sea santificado, que no sea mancillado, que no sea insultado. La mayor adoración que un creyente puede hacer a Dios, es que su vida sea santa, apartada y limpia de pecado, que glorifique al Todopoderoso hasta donde humanamente es posible, porque cada Cris-tiano lleva en su vida el nombre de Cristo.
Sin embargo, la palabra santidad tiene un significado peculiar en nuestros días: se le puede usar como algo peyorativo: “santurrón”; como algo extraño que no se ve en ningún sitio y menos en nuestro país: “limpieza bien-intencionada”; o como algo etéreo, frío y exclusivo solo de las imágenes y estatuas que hay en los templos católico romanos. Desafortunadamente la santidad es un concepto ignorado o pasado de moda en nuestros días. En este modelo de oración la primera petición nos dirigen hacia la Santidad de Dios.
Cuando los primeros creyentes en el Señor Jesucristo esparcieron por el mundo sus enseñanzas, el mundo estaba inmerso en las tinieblas espirituales teniendo una gran cantidad de dioses, pero los representaban llenos de ira, de adulterio, de traición, de envidia, de venganza, entre otros defectos; más bien se parecían a sus inventores, los seres humanos, y reflejaban sus propias características, las cuales se podían resumir en una palabra que la Biblia denomina como pecado, que es lo contrario de santidad. El hombre es pecador, por ello sus dioses se parecen a él. Hasta la fecha se siguen inventándose dioses, el más grande y antiguo de ellos es el ego.
I.- SANTIDAD
1) KADOSH, EN HEBREO:
Ya vimos como son los dioses de las diferentes culturas de los hombres, “pecadores”, pero solamente en la faz de la tierra existe un libro que menciona un concepto único y singular, se trata de la Santidad. Los Hebreos se toparon con este concepto cuando Abraham recibió la orden de Dios, de salir de su casa y de su parentela, de la tierra de Harán hacia la tierra de Canaán (Gen 12:4). A partir de ahí Abraham fue APARTADO para el servicio a Dios, dejó atrás la idolatría, un lenguaje soez, transacciones fraudulentas, maldades sexuales, amor por el dinero, ignorancia de Dios, trabajo exhaustivo todos los días de la semana, etc. Lo volvieron a experimentar cuando Moisés, “sacó” por orden divina a Israel de Egipto. La palabra Kadosh, es la que se traduce como Santo. Significa apartado, libre de maldad, libre de perversión, apartado de pecado, de una manera estricta y puntual.
2) HAGIOS EN GRIEGO:
En griego el vocablo que traduce nuestra Biblia como Santo es Hagios, que significa “apartado”. Fue un concepto del cristianismo que colisionó contra la cultura helénica del primer siglo, en la que predominaba el hedonismo y la corrupción. Hedonismo es la búsqueda sistemática del placer visual, sexual, alimenticio, de drogadicción, financiero y “espiritual” : Mediante arquitectura costosa y adornadas por figuras con alto contenido pornográfico. Sexual y alimenticio, pues hacían bacanales y orgías, fiestas con excesos y exageraciones. La homosexualidad era bien vista, siempre y cuando los varones mayores fungieran como hombres y los jóvenes como mujeres. Drogadicción y “gozo espiritual” por que asistían a los templos de sus deidades paganas para tener relaciones sexuales rituales con las prostitutas oficiales o “santas”, lo cual muchas veces acompañaban con el uso de drogas (pharmakia). En ese entonces, como hoy, todos trataban de robar y abusar a los pobres para incrementar sus posesiones. Todo eso y mucho más, era de la cultura griega del hedonismo, pero de forma sistemática y abierta, no oculta.
3) LA IGLESIA ES, LOS LLAMADOS FUERA
Una de los significados de la palabra iglesia es “los llamados fuera”. Dios nos llama para que salgamos de la corrupción del mundo. Por ejemplo, en el siglo primero de nuestra era, en la ciudad de Corinto se vivía corrupción en grado sumo, se convirtió en un lugar proverbial pues “corintianizar” era el sinónimo de fornicación. Contra toda lógica humana, ahí se fundó una iglesia cristiana y el impacto fue grande, pues personas que eran “pecadores incurables”, mediante el ministerio del Espíritu Santo de redargüir sus corazones (de pecado, de justicia y de juicio: Juan 16) comenzaron a convertirse de sus malos caminos y se cambiaron en personas que amaban a Dios y a sus semejantes. Dios tuvo en su misericordia, sacar del pecado, llamar fuera, apartarse un pueblo de entre la ciudad de Corinto para su servicio y adoración 1ª Corintios 6: 8-11.
II.- SANTIDAD DE DIOS
1) La característica más sobresaliente de Dios:
La Biblia nos habla de las características de Dios y nos gusta decir que Dios es Amor, y tenemos razón por que así es. Pero la escritura nos dice en Isaías 6: que en el trono alto y sublime, la corte de serafines (un tipo de ángel con 6 alas) solo proclama, y suponemos que a todo pulmón y fuerzas, las palabras de ¡Santo, Santo, Santo! No dice Amor, Amor, Amor. No dice Justicia, Justicia, Justicia; etc. Pero estos sublimes seres angelicales cubren sus pies y rostro para estar delante de la presencia del Altísimo. En Apocalipsis 4:8 se repiten estas palabras: Santo, Santo, Santo.
2) La característica más imponente de Dios:
Los seres angelicales que se encuentran delante del trono de Dios, son santos ángeles de Dios, glorificados, libres de pecado y de corrupción; sin embargo ellos se tapan el rostro y los pies. El rostro porque ahí están los ojos y la boca, los pies porque son los que nos llevan a pecar. A los humanos nos viene bien examinar que es lo que vemos, hablamos y a donde orientamos nuestros pies. Job 31:1.- Hice pacto con mis ojos: ¿Cómo pues había yo de pensar en virgen? Prov 6:18.- El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, Romanos 3:13.- Sepulcro abierto es su garganta; Con sus lenguas tratan engañosamente; Veneno de áspides está debajo de sus labios.
3) La característica más terrible de Dios:
Isaías como profeta, era un pastor del pueblo de Israel, y como tal su vida era irreprensible delante de los hombres. Era un hombre bueno cuyo corazón le pertenecía a Dios. Pero aun siendo un hombre “santo” a nuestro criterio y pensamiento, al ver a Dios dijo sobre sí mismo: Isaías 6:5.- Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Entonces ¿Quién puede estar delante de Dios? La Biblia dice “sin santidad nadie verá al señor” Hebreos 12:14. Veamos estos textos Deut 7:21; Deut 10:17; Nehemías 1:5.
III.- EL NOMBRE DE DIOS
1) Debemos tenerlo siempre en cuenta:
Lo que más nos gusta es que se refieran a nosotros por nuestro nombre, a nadie le gusta que le llamen por su apodo u otra palabra. También Dios quiere que nosotros nos refiramos a él mediante su nombre. La Biblia dice en Deuteronomio 28:58.- Deuteronomio 28:58.- Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de aquesta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, JEHOVA TU DIOS.
2) Tiene mucha importancia:
Éxodo 3:13-15 “Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo, El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado a vosotros. Y dijo más Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos”. YO SOY EL QUE SOY significa que el existe, independientemente de que nosotros o el universo existiera. JEHOVÁ = YO SOY = YHWH (que fue españolizado como JEHOVÁ).
3) Debe ser santificado:
Un uso exclusivo de adoración, de amor, de obediencia; no en forma vana y hueca, haciendo referencia al mandamiento de “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano”.
El nombre Cristo está sobre los que hemos creído y no podemos dar mal testimonio, por respeto a Él y su Santo nombre. Debemos usar el nombre de Jesucristo solo para cosas sagradas, con una vida consagrada y de obediencia, porque el nombre de Jesucristo también guarda una gran relación con llama Jehová. Los judíos que creen en Jesucristo mencionan que el nombre original de Jesús es en hebreo Yeshúa (pronúnciese Ieshúa), que a su vez, es la forma contraída de Yehoshua y que significa “JEHOVÁ ES SALVACIÓN” (*1).
Al final de su ministerio terrenal del Señor Jesucristo, los guardias del templo y sus enemigos preguntaron dónde estaba Jesús y el respondió “YO SOY” y todos cayeron a su voz, porque él también es JEHOVÁ terrible y santo, véase Juan 18:6.
[Por último mencionamos una curiosidad a manera de anécdota. Es la coincidencia que existe en el lenguaje francés, pues “Yo soy” se traduce como “Je sui” ~= se parece mucho a Jesús ¿Tendrá relación?]
CONCLUSION
La santidad es un mandamiento para todos los creyentes de Dios. Está en Levítico 19:2: “Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios”. El interés principal de Dios es que lo adoremos, y que glorifiquemos su nombre con la santidad de nuestra vida, para que su nombre sea glorificado con santidad “Santificado sea tu nombre”.
¿Nuestra vida es de santidad?
¿Somos “apartados” del pecado y la maldad?
¿Honramos el nombre de Dios delante de las personas?
¿Defendemos el nombre de Jesús cuando la gente intenta contar “chistes” de Jesucristo, o nos unimos a ellos?
BIBLIOGRAFÍA
Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1909.
(*1) El Código Real. El nuevo testamento versión textual hebraica. Segunda edición. Editorial Ami. México 2004. Tomado de la Introducción.